El término selfie se refiere a una fotografía tomada por uno mismo, generalmente con un teléfono móvil o cámara digital, con el objetivo de capturar el rostro o el cuerpo del fotógrafo. Aunque el acto de fotografiarse a sí mismo tiene raíces más antiguas, el término moderno y su popularidad están estrechamente ligados al auge de las redes sociales. La palabra selfie apareció por primera vez en un foro de internet en Australia en 2002, y se popularizó mundialmente a partir de la década de 2010 gracias a plataformas como Facebook, Instagram y Snapchat. En 2013, el término fue reconocido oficialmente como la «Palabra del Año» por el Oxford English Dictionary.
En América Latina, la llegada del selfie coincidió con la expansión del acceso a smartphones y redes sociales en la región. Hacia mediados de la década de 2010, el selfie ya era un fenómeno cultural ampliamente adoptado, convirtiéndose en una forma de expresión personal y social. En países como México, Argentina, Colombia y Brasil, los selfies comenzaron a ser una herramienta no solo para mostrar momentos cotidianos, sino también para abordar temas como identidad cultural, belleza, protesta social y conexión comunitaria. La influencia de celebridades internacionales y locales en redes sociales también contribuyó a su difusión masiva, haciendo del selfie un símbolo de la era digital y un reflejo de las dinámicas sociales contemporáneas.