Reflexiones sobre lo contemporáneo en torno a Google Earth Street View

Karuk Fundora, 19 years A.9/11, 2020.

La pregunta por lo contemporáneo en la estética requiere ahondar en efectos perceptivos y en los modos de las sensibilidades pertenecientes a nuestra época. De ahí que sea útil referirse al pasado para lograr establecer relaciones y disyunciones en cuanto al presente, y así dar con la especificidad de lo contemporáneo. Una primera intuición: la sensibilidad de hoy tiene asidero en conceptos como la velocidad y la aceleración. Si es clave que un proceso de aceleración dependa de asuntos de la técnica, surge entonces con fuerza el apogeo de la técnica digital como uno de los condicionantes de esa velocidad. De este modo, nos ubicamos en la relación entre tiempo y universo digital.

Google Earth Street View es una plataforma de realidad virtual que, conforme al sistema rizomático[1] de la web –ese que por su naturaleza rechaza la configuración a partir de un eje central, en beneficio del agenciamiento[2]–, permite a los usuarios panorámicas de las áreas seleccionadas de un lugar. Consiste en una simulación del territorio y de un recorrido, una mirada a pocos metros sobre el suelo, a través de una cámara de 360 grados que se revela como omnipresente y que da la idea de una visión de recorrido propia de lxs transeúntes. Es interesante pensar que uno de los asuntos de la modernidad es la percepción del tiempo lineal-laberíntico explicitada en la urbe. Recordemos a Baudelaire heroizando lo efímero en el transcurso del presente como método consciente de ese devenir y la comprensión de la pérdida fugaz de esos momentos. Podríamos reconocer en la deriva de estas ciudades virtuales la invitación a pensar en un flâneur de la red: recorrer, avanzar y de pronto poder quedarnos inmóviles para poner atención a la imagen de algo. Sin embargo, sabemos que contamos con otras posibilidades, como retroceder a la escena-tiempo anterior o viajar instantáneamente a otro punto. En esto radica la complejidad de esa panorámica. Entendemos que se trata de capturas hechas a distintos tiempos pero que completan un paisaje por entero; las capas y el montaje han sido escondidos para ofrecer una visión total. Lo que ocurre es la paradoja de un tiempo sin relato, un recorrido sin tiempo.

Se puede considerar tal paradoja como la configuración de un paisaje  absoluto, más que un registro de huellas o capturas. Si en la modernidad el asunto tenía que ver con la experiencia lineal del tiempo –la conciencia de esa linealidad irreversible–, es clave pensar esto en torno a un sistema de archivo, la pulsión de muerte que acontece a todo archivo como un fin inevitable. Sin embargo, resulta imposible plantear tal problemática en esta nueva forma de acceso a la urbanidad. En la plataforma no acontece la desaparición del tiempo, no acontece ese proceso de arruinamiento y deterioro. ¿En qué queda la percepción cuando las cosas ya no desaparecen? Pareciera que se trata de un desplazamiento del modo de entender el presente: aquello que hallándose en el ahora escapa a la linealidad, gravedad y caída de las cosas, escapa a los cánones a través de los cuales entendíamos el tiempo.

La ruta por Street View ya no es ruta, la yuxtaposición de imágenes completan la panorámica eliminando el fragmento, nuestro acceso a ellas es un ingreso a la contingencia pura, y la escena que hemos escogido es el material bruto de lo fáctico, instantáneo, absoluto. Podemos aclararlo recordando Mal de archivo de Derrida, y es que ese documento (hypómnema) que permitía el recuerdo vivido (anámnesis) parece superado, y con esto, la superación de la idea de muerte, la superación de una época de duelo. Si pensamos estas imágenes de tiempo extraño como hypómnema en su sentido documental, ¿cómo ocurren si no refieren a nada más que el mismo presente?

Se trata en específico de los límites y las formas de la memoria, por lo que habría que recurrir a Foucault para analizar esta nueva sensibilidad; entenderlo como las condiciones históricas de posibilidad de lo enunciado, donde Google Earth aparece como archivo solo en el sentido arqueológico. Si Street View es la paradoja del recorrido sin tiempo, sin huella, sin narración, podemos decir que la diferencia entre una sensibilidad moderna y una contemporánea es el paso de la concepción de un tiempo lineal y archivístico hacia uno devenido contingente y no narrativo. Si antes se consideraba la conciencia del “mal de archivo” como pulsión diabólica de olvido, hoy no existiría como preocupación. La no huella es la declinación del tiempo real, y con ello se interviene en el flujo de la memoria, dando paso a la celebración de lo contingente, de ahí lo efímero como signo positivo.

Esto podría dar cuenta de una obsesión por no dejar huellas. Recordamos a Adolf Loos: “La evolución cultural equivale a la eliminación del ornamento del objeto usual” (Loos, 1908). Si bien el autor argumenta lo que debiese ser el espíritu moderno en torno al diseño y arquitectura, podemos trasladar esa conducta hacia lo contemporáneo si entendemos que el despojo del ornamento es la eliminación de lo que no es útil para el funcionamiento del “objeto” (eliminar la tradición). Entonces, podemos visibilizar Street View como un higienizar, un dejar limpio de residuos. Se trata de reducir hasta la contingencia, donde la contingencia es  entendida como un devenir, pero un devenir sin el peso del pasado. Lo que se ejemplifica aún más al considerar el montaje de los individuos captados por esta herramienta: la borradura de los rostros, de lo identitario, la ambigüedad de las acciones. Contingencia sin narración que se da en una especie de suspenso (otra paradoja). Cabría profundizar en esta forma de entender el devenir. Lo que compete al término no es su novedad. Veíamos la modernidad como una época de duelo, la conciencia de la pérdida, y lo que parece ocurrir hoy en torno a este extraño tiempo es otra forma de concebirlo.

Además de la multitud de puntos simultáneos, se trata de un paisaje que se va produciendo a partir del movimiento de lxs usuarixs. Volvemos a las ideas deleuzianas para entender el fenómeno. Las configuraciones de imagen dependen de nuestros clics, lo que se inserta en el devenir propio de un sistema rizomático. Llegamos a una imagen sin código ni síntesis porque todavía dependen de otras, anteceden a otra imagen/experiencia, a otra configuración. En este sentido el devenir es creador. Y es en este mismo sentido que la propia percepción va deviniendo. De aquí que podamos referir a lo enunciado por Adorno: “También puede ser verdad lo que ha llegado a ser” (1970: 12), para aclarar que el enfoque existe no en lo que trae el tiempo, si no en el cómo aparecen las cosas. Se trata del juego del acontecimiento mismo que emerge rompiendo nuestras antiguas representaciones como línea de fuga. Ya Foucault adelantaba, bajo el concepto de episteme moderna, este quiebre en tanto una dimensión narrativa. Street View no cuenta ni testimonia, de ese no relato depende esta nueva percepción.

En este punto, la nueva percepción del tiempo sería lo que emerge, la movilidad y mutación en esa misma temporalidad. Esto nos conduce a pensar en el papel de usuarix como configurador de nuestra sensibilidad. El recorrer depende de la voluntad de quien utiliza la plataforma, por lo tanto, el decaimiento del tiempo relato coincide con un decaimiento de la cuestión del autor/productor. Algo que se puede asociar a lo planteado por Benjamín cuando recalca el potencial del espectador en La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Aquí ocurre que la cuestión del autor como productor no se da como disociada de lxs espectadorxs, por lo que podríamos entender un entramado conjunto entre productores y usuarixs. Quién utiliza Street View va produciendo, por ejemplo al subir imágenes y descripciones; volvemos a la importancia del devenir como la forma de percibir contemporánea. Se trata de una estética más performática. Es pertinente pensar que la condición del tiempo en el devenir considera la performance de  productorxs/usuarixs. Entonces, podemos entender la performance desde su condición temporal, que va definiendo la experiencia.

La percepción de este tiempo extraño está entramada por un proceso de uso: la red de vínculos que se diseñan y recomponen según la voluntad, la generación de una experiencia de no archivo pero sí de paradojas temporales. Paradojas temporales a la luz de cómo era concebido el tiempo anteriormente. La evaporación de la diferencia entre pasado y presente por una experiencia de lo contingente. El devenir como signo positivo, porque lo que importa es lo que está llegando a ser, constantemente.

Ese proceso de uso donde productorxs/usuarixs debe entenderse en tanto colectividad, ya que la construcción de estas plataformas depende de la interacción no solo con esta, sino entre lxs usuarixs. Es entonces que un análisis de los efectos perceptivos de la contemporaneidad requiere tomar en cuenta lo performático también a nivel de colectividades. Volviendo a Benjamin, la plataforma adquiere una dimensión política por actuar desde ahí: las nuevas funciones de la plataforma dan la posibilidad de subir imágenes en puntos donde antes la cámara no llegaba (incluso capturas bajo el agua), formando parte de esa gran panorámica total.

Google Earth Street View aparece como contemporáneo por ser despojo de esos residuos narrativos para comprometer a lxs productorxs/usuarixs a la pulsión por el acontecimiento que existe en las distancias telemáticas, físicas y temporales construidas a partir de la participación de un colectivo. Desde un punto de vista estético se trata de una politización de la estética: la participación colectiva deviene un descentramiento de lo que se entendía por geopolítica, a partir de las subjetividades que genera esta concepción del tiempo y el territorio. La misma geopolítica deja atrás sus antiguas representaciones difuminando poco a poco implicaciones de poder y soberanía pertenecientes a la representación de distintos lugares del mundo. Descentramiento en beneficio a la construcción mediante la pluralidad de puntos de vista, lo que podría pensarse como un proyecto o modelo desingularizante por su capacidad de creación masiva.

Bibliografía

Adorno, Theodor W. (1970). Teoría estética. Madrid: Taurus Ediciones.
Benjamin, Walter. (1970). La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Barcelona: Editorial Anagrama.
Derrida, Jacques. (1997). Mal de archivo: una impresión freudiana. Madrid: Editorial Trotta.
Deleuze y Guattari. (2010). Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Valencia: Editorial Pre-textos.
Foucault, Michel. (1968). Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas. Buenos Aires: Siglo XXI.
Loos, Adolf. (1908). «Ornamento y delito». Paperback, n.7. Disponible en http://www. paperback.es/artículos/loos/ornamento.pdf

[1] Concepto de Deleuze y Guattari. Refiere a un modelo de conocimiento anti-genealógico y que se caracteriza por sus múltiples conexiones.
[2] Concepto de Deleuze y Guattari que propone desafiar lo normativo/fijo haciendo funcionar agentes que se relacionan entre sí y hacia afuera. En este punto, el uso de la plataforma Google Earth se entiende como auto gestionar el recorrido.

Antonia Teillery Delattre

Licenciada en Artes (2016) y Licenciada en Estética (2018) de la Pontificia Universidad Católica. Artista visual, docente e investigadora. Se dedica principalmente a la pintura y desde el área académica ha realizado investigaciones centrándose en autorías feministas.

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