Leve, ingrávido, etéreo 

Samuel Cortés, Virtua Delirum, 2020.

La imagen pobre es una bastarda ilícita de quinta generación de una imagen original.

Hito Steyerl

La realidad a la que asistimos hoy se inserta cada vez más bajo parámetros digitales; de manera progresiva, las imágenes, comunicaciones e interacciones toman lugar a través de internet, es decir, mediante una red a la que los sujetos se conectan como usuarios, y reciben, emiten y comparten información de manera instantánea. Así, ingresamos a un estadio en el que la conformación tradicional de los archivos es desmembrada: el espesor de la presencia física se bifurca o resulta obliterado ante la aparición del archivo virtual, que circula libremente en código binario por el ciberespacio, construyendo redes globales, dispersas e intermitentes sobre las que transita.


virtual.

Del lat. mediev. virtualis, y este der. del lat. virtus ‘poder, facultad’, ‘fuerza’, ‘virtud’.

1. adj. Que tiene virtud para producir un efecto, aunque no lo produce de presente, frecuentemente en oposición a efectivo o real.

2. adj. Implícito, tácito.

3. adj. Fís. Que tiene existencia aparente y no real.


Un archivo es…

En la actualidad, el volumen de información física archivada a lo largo de la historia de la humanidad ha sido superado por el volumen de información virtual que se produce en el transcurso de una semana. La densidad corpórea y simbólica que históricamente acompañó la trayectoria de un objeto físico, ha sido diluida en la existencia aparente y no real, efectista y no tangible, de la virtualidad de un archivo.

El archivo virtual requiere de un nuevo tipo de tratamiento, al funcionar bajo nuevas lógicas de registro, preservación y visualización de contenidos. El archivo virtual incluye la posibilidad de una liberación múltiple y desterritorializada del mismo. El archivo virtual contempla un nuevo estatuto de los datos y la información que lo compone. Instala nuevas problemáticas a la hora de mantener vigente su cadena de códigos binarios, es decir, a la hora de que la reproducción de su contenido –mediante un dispositivo electrónico, que lo decodifica y vuelve perceptible ante los sentidos del cuerpo humano– sea capaz de perdurar en el tiempo. «De la misma manera que se ha incrementado la facilidad para almacenar información ha crecido el problema de preservarla en la misma medida que crece el riesgo de dañarla o perderla. Almacenar no es lo mismo que preservar». El archivo virtual acontece en un espacio tiempo en el que la amenaza de obsolescencia tecnológica se encuentra más latente que nunca.

Samuel Cortés, Escritorios y Fondos de pantalla [Der Plan], 2017.

Archivistas: enlaces para la socialización

El registro plasmado sobre el formato virtual puede ser desdoblado, alterado y reelaborado de manera infinita. La producción de copias es una acción básica, que se genera por defecto a la existencia del archivo virtual: descargar, copiar-pegar, guardar como, capturar pantalla. El espectro de imágenes, calidades y resultados virtuales que se generan tras esta multiplicación es ilimitado.

La circulación de las copias se encuentra regulada por el ejercicio de poder de quienes poseen los derechos sobre esta trama de datos electrónicos. Esta ilusión de dominio se aplica por capas: sellos de agua, superposición de un logo y alteración de los pixeles. El archivo es visual y virtualmente intervenido y el poder se ejerce regulando la calidad del material electrónico que circula. El archivo en alta resolución es escondido, celosamente reservado, para mantener la ilusión de su propiedad. A pesar de ello, el archivo virtual es inestable, su circunscripción a los parámetros de conservación y resguardo análogo es cada vez más inexistente y su capacidad para escabullirse por el común de las redes impera. Por ende, su real posesión se cierra cada vez más.

Samuel Cortés, Virtua Delirum, 2020.

La figura del archivista contemporáneo emerge como un actor proactivo, consciente de la potencialidad documental de lo que resguarda y tiene a su cargo. El archivista contemporáneo funciona como un agente que condensa y activa las fuerzas de la memoria, gestionando archivos virtuales y posibilitando cruces y relaciones con otras unidades documentales. El archivista contemporáneo es el medio para la conexión entre documento y usuario, local o remoto, físico o espectral. El archivista contemporáneo burla las barreras económicas y legales para liberar la información. El archivista contemporáneo es consciente que estas barreras, inevitablemente, más temprano que tarde, quedarán obsoletas: es consciente que los archivos deben ser públicos.

«Pertenece al concepto de archivo que este sea público, precisamente porque se encuentra ubicado sobre una superficie externa. No se puede mantener un archivo dentro de su productor, eso no constituiría un archivo» (Katelaar, 2001).

Bibliografía

Kaatelar, Eric. (2001). «Tacit Narratives: The Meanings of Archive». Archival Science, n.1, 131-141.

Voutssas, Juan. (2010). «La cadena de preservación en archivos digitales». En Barnard, Alicia (coord). Archivos electrónicos, textos y contextos, Serie Formación Archivística, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Archivo Histórico Universitario, México. 1-30.

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