El software es el conjunto de operaciones informáticas que se ejecutan al interior de un sistema de computación. Estas acciones, programadas bajo distintas tramas virtuales de código binario(es decir, ceros y unos), toman lugar y son visualizadas por un computador, capaz de decodificar este lenguaje ante el usuario, que interactúa con interfaces físicas/hardware (ratón, pantalla o teclado) y virtuales/software (programas informáticos, procesadores de textos o sistemas operativos) desplegadas en el dispositivo electrónico.
El concepto alcanzó solidez en la década de los 50, cuando fue pronunciado en repetidas ocasiones en artículos y conferencias que tuvieron lugar en el campo informático de la época, que se emplazaba en el Hemisferio norte. En ese periodo, el computador se encontraba en su primera etapa de implementación del código binario y su uso y desarrollo no estaba destinado a la masividad de los usuarios, sino que respondía a fines científicos, militares y de negocios, con acciones simples y definidas, como cálculos y procesamiento de datos.
En la actualidad, los softwares son elaborados para responder a distintos objetivos: automatizan acciones y tareas que tradicionalmente se ejecutaban bajo el régimen análogo y también generan nuevas posibilidades de creación a partir de las plataformas digitales. Así, el software funciona como un elemento intangible, que media y regula los aspectos sociales y culturales de la realidad contemporánea, siendo el medio que nos permite acceder a distintas experiencias de interacción, en calidad de usuarios. Lo anterior conlleva que los medios tradicionales, bajo sus soportes y preceptos análogos, han sido modificados: sus propiedades ingresaron al software y se ampliaron, convirtiéndose en datos virtuales, que deben ser decodificados por este tipo de operaciones para ser reproducidos y captados por los sentidos humanos. En consecuencia, la performance de cada software –que varía entre los distintos dispositivos, formatos, locaciones y posibilidades de acceso– es lo que determinará nuestra experiencia de recepción medial.
En definitiva, los medios han ingresado al software, los sujetos han devenido usuarios y los avances tecnológicos ya no toman presencia sobre una estructura física, sino que se producen en la dimensión virtual, es decir, con la escritura de nuevas cadenas de códigos binarios. Esto suscita una apertura medial infinita, sin una dirección determinada, en permanente estado de cambio y transformación, a partir de los procesos culturales y sociales que se generan alrededor de las acciones que comunidades virtuales, fuerzas del mercado y devenires políticos desatan bajo el actual estadio digital.
Fuentes
Manovich, Lev. (2013). El software toma el mando. Barcelona: Editorial UOC.
VV.AA. (1971). Software Information Technology: Its New Meaning For Art. Nueva York y Washington D.C.: The Jewish Museum and The Smithsonian Institution.
